Mario Bárcena, de SEMG, asegura que todos los dispositivos son eficaces si se usan bien
Los avances en el diseño de los inhaladores han supuesto grandes ventajas para la administración de medicamentos en el paciente con patología respiratoria. Los dispositivos actuales consiguen depositar el fármaco en el lugar donde debe actuar, evitan que afecte a otras partes del organismo y reducen los efectos adversos. Otros aspectos menos positivos son valorados por Mario Bárcena, miembro del Grupo de Trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG): “A la vez que es una ventaja, la vía de administración también es su gran problema, porque no es tan fácil como tragar un comprimido o aplicar un inyectable. Precisa de unas habilidades por parte del paciente y de unas características físicas, como la capacidad inspiratoria, que no siempre se tienen en cuenta”.
Este especialista ha participado en la VI Jornada Dual Neumológica de la SEMG, celebrada recientemente en Valladolid. Los asistentes han podido realizar una actualización en patología respiratoria, enfocada a profesionales de Atención Primaria.
El Dr. Bárcena destaca que hay muchos tipos de dispositivos que se utilizan para el tratamiento de la EPOC y del asma: “Los inhaladores son muy diferentes en cuanto a diseño, características mecánicas y facilidad de uso. En líneas generales, y si se utilizan bien, todos son eficaces. El problema radica en que no se suelen utilizar bien. A lo que se añade que el nivel de incumplimiento de la posología indicada es todavía mayor en el asma y el EPOC que en otras enfermedades crónicas”. “La técnica de inhalación incorrecta es inaceptablemente frecuente”, dice el Dr. Bárcena, quien lamenta, además, que “no ha mejorado en los últimos 40 años”.
Mario Bárcena recalca que estos dispositivos y fármacos “son muy eficaces, pero obtienen menos resultados que los esperados por una defectuosa utilización”. Por eso, las guías de práctica clínica más utilizadas para asma (GEMA, GINA) o EPOC (GesEPOC, GOLD) recomiendan siempre, antes de cambiar de fármaco, dispositivo o aumentar la medicación, comprobar cómo se utilizan los dispositivos y comprobar también la adhesión.
“La educación al paciente en la utilización de los dispositivos es fundamental para evitar los errores. Esta labor formativa debería ser desarrollada por los médicos prescriptores y Enfermería antes de comenzar el tratamiento. Además, es imprescindible hacer un seguimiento del paciente para comprobar si realiza un buen uso de los dispositivos, especialmente cuando acude a consulta para los controles o en caso de agudizaciones”. Este especialista se muestra sorprendido también por el bajo grado de conocimiento de su manejo por parte de los profesionales implicados. “Las medidas de educación en manejo de dispositivos, además de dirigirse a pacientes y cuidadores, también deben dirigirse a profesionales sanitarios implicados, como médicos, Enfermería y farmacéuticos”.
“La gran diversidad de inhaladores disponibles supone una ventaja para poder adaptar a cada paciente el dispositivo más adecuado, pero también un problema para los profesionales implicados en su manejo que deben conocer muchos sistemas diferentes”, apunta Mario Bárcena.